La hacienda maria

La Hacienda María, construida por el dictador Rafael Leonidas Trujillo, próximo al mar Caribe, en la parte Sur de Boca de Nigua, otrora considerada como “centro de recreación de la familia Trujillo”, hoy está en ruina, rodeada de excrementos y habitada por enfermos mentales. La Hacienda María contaba con una hermosa vivienda de dos niveles, denominada la Casa Blanca, con pequeñas represas rectangulares que eran alimentadas por el mar y utilizadas para recibir refrescantes baños, llamado en la actualidad Los Cuadritos, y una gran piscina en forma de embarcación. La hacienda tenía tres piscinas y una playa privada.Luego del ajusticiamiento de Trujillo en 1961, el misionero cristiano William Hunter convirtió esta mansión en centro de atenciones oculares para los pobres y recibía a pacientes que buscaban lentes a bajo costo y atenciones oftalmológicas para curar sus males. En 1979 el huracán David azotó la región Sur y en su paso destruyó la misión de La Posada, quedando la “Casa Blanca” a merced de los bándalos y malhechores. “Nadie se ha hecho cargo de esta casa histórica, no se qué es lo que pretende el gobierno con esto que supuestamente es un patrimonio histórico, desde el gobierno de Antonio Guzmán esto está abandonado y todo el que quiso vino y se llevó los ajuares de la casa”, dijo Fabio García Serrano, quien se encarga de la casa junto a sus hermanos desde 1980.En la “Casa Blanca” solo quedan los reflejos de lo que en el pasado fue “una época de prosperidad”, en la actualidad sus baños, sin retretes ni lavamanos, están repletos de heces fecales y las paredes llenas de graffiti y dibujos de los hermanos García Serrano y algunos músicos que han utilizado el local para firmar videos musicales.“Aquí se han firmado videos de Kinito Méndez, Tego Calderón y también escenas de la última película de Robert de Niro, ellos vienen y hacen las modificaciones que consideran y luego se van. Yo no sé si ellos piden permiso o si le pagan a alguien por usar la hacienda”, dijo García. Los García Serrano aseguran que tienen derecho a ocupar las habitaciones de la Casa Blanca porque su padre trabajaba para los “americanos”, como se denominaba a los misioneros y dejó a sus hijos Domingo y Jesús, enfermos mentales, en esa propiedad.AlrededoresLos terrenos alrededor de la hacienda están siendo ocupados poco a poco por personas de distintas clases sociales; los que son adinerados cercan “su propiedad” con altas columnas de blocks, mientras que los sin dinero construyen sus “casuchas” con los materiales que tienen a mano, cinc, madera y uno que otro con cemento.Algunos bañistas aprovechan la soledad y limpieza de la playa de la zona para ir a bañarse en parejas, mientras que en su mayoría nacionales haitianos se dedican a la venta de pescados a los escasos “turistas”.Museo históricoAlgunos moradores de la zona solicitaron a las autoridades el rescate de la Hacienda María y confesaron su deseo de que la “Casa Blanca” sea convertida en un “museo histórico”, donde puedan ser llevados objetos personales de Trujillo, a fin de crear una fuente de empleo en la zona a través del turismo.Monumento En la Hacienda María fue construido un monumento para los ajusticiadores de Trujillo, quienes según cuenta la historia fueron acribillados por el hijo mayor del tirano, Ranfis.La noche del 30 de mayo de 1961 Trujillo fue ajusticiado en la avenida George Washington, emboscado por Modesto Díaz, Salvador Estrella Sadhalá, Antonio de la Maza, el teniente Amado García Guerrero, Manuel Cáceres Michel (Tunti), Juan Tomás Díaz, Roberto Pastoriza, Luis Amiama Tió, Antonio Imbert Barreras, Pedro Livio Cedeño, Huáscar Tejeda y otros.El monumento tiene el rostro en mármol de los ajusticiadores que fueron fusilados en la misma Hacienda, entre los que se cuentan Modesto Díaz, Luis Manuel Cáceres (Tunti), Salvador Estrella Sadhalá, Pedro Livio Cedeño, Huáscar Tejada y Roberto Pastoriza.El fusilamiento de los seis conjurados en la Hacienda María lo encabezó Ramfis, y se dice que lo acompañaron el entonces coronel Luis José León Estévez y el coronel Juan Disla Abreu